invierno

INVIERNO: los ciclos naturales

Cuenta la mitología griega, que el invierno se produjo debido a la tristeza que sufrió Deméter (Diosa de la Naturaleza) tras el rapto de su hija Perséfone por Hades (Dios del Inframundo). Desde entonces, su tristeza causa la bajada de las temperaturas y la ausencia de vida en la tierra durante el tiempo que dura la estación del invierno.

¿Cómo podemos vivir en armonía con el invierno?

Siguiendo con el ciclo de artículos sobre vivir en armonía con las diferentes estaciones del año, nos toca hablar sobre el INVIERNO y veremos qué nos ofrece y qué podemos aprender para vivir en sintonía con sus ritmos.

Sabemos que con el invierno, llega el frío, los días se hacen más cortos y parece que todo se para. Los paisajes de árboles de hoja caduca que antes lucían sus hojas, han perdido parte de su encanto al quedarse desnudos.

Aun así, el invierno también nos ofrece otra cara maravillosa.

Puede que estéticamente sea una visión más pobre, pero al mismo tiempo, nos permite contemplar de cerca la majestuosidad de los árboles, sus ramas, sus troncos, su silueta y porte. Todo lo que normalmente ocultan bajo el dosel de sus hojas.

Por otro lado, es un momento ideal para disfrutar de los bosques de hoja perenne, los cuales destacan en el invierno precisamente por su color y por mantener intactas las hojas. Si en el otoño predominaban los ocres, ahora los protagonistas son los verdes oscuros unidos al blanco del hielo, la nieve, la escarcha o la cencellada, como ejemplos de los múltiples fenómenos que ocurren exclusivamente en invierno y donde el agua sufre diferentes cambios de forma.

Además, es período de migración para millones de aves que se trasladan a través de los cielos en búsqueda de alimento y que, únicamente puede observarse en invierno, siendo una época increíble para los amantes de las aves.

MUERTE-RENACIMIENTO

El solsticio de invierno da la entrada a esta estación del año el día en que las sombras se hacen más largas. El significado o interpretación de este evento ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas celebra las horas más largas de oscuridad y el renacimiento del sol, lo cual, se reconoce como un período de renovación y renacimiento.

Así que, al igual que el sol que renace en el solsticio de invierno, nacen nuevas posibilidades dentro de ti en esta época del año. Si quieres cambiar algo en tu vida, este es un buen momento para trabajar en ello, ya que el invierno es una época ideal tanto para cerrar ciclos como para planear nuevos comienzos. El paisaje muere para renacer la próxima primavera.

“El invierno es la época de construir y reparar”.

John Seymour 

MIRAR HACIA ADENTRO

En invierno parece que todo está dormido, hace frío y falta luz, es la época del descenso, no solo de las temperaturas, como ya vimos en la época de transición del otoño en el comenzaba el descenso de la sabia de los árboles hacia el tronco y las raíces.

Ahora, todos los nutrientes y reservas están en las profundidades, pudiendo mantener al árbol durante el invierno. El dinamismo energético ocurre dentro, en las raíces, debajo de la tierra. Y las semillas que en otoño cayeron al suelo, ahora, son esencia comenzando a activar su programación interna para la que fueron creadas y se nutren para llegar a crecer y crear el paisaje de la primavera.

A ras de suelo todo parece estar adormecido y aquietado. La actividad, la energía y el movimiento parecen ocultarse, inaccesible para los ojos que solo ven lo visible.

En la Naturaleza, el invierno es la época de la conservación de la energía.

Muchas especies de animales hibernan para mantener sus reservas ante la falta de alimento disponible y sobrevivir al frío. Disminuyen su metabolismo y entran en estado de letargo, muchos de ellos, hasta la primavera.

El verdadero arte de no hacer nada forma parte de esa sabiduría de los bosques que en los meses de invierno nos regalan.

Aunque el ser humano no necesita hibernar, si escuchamos a nuestro cuerpo nos daremos cuenta de que como a otros animales de sangre caliente nos apetece dormir más, hacer más el vago, tirarnos en el sofá, comer comida caliente, con más calorías y más cantidad, pasear despacio, estar calentitos…pasar más tiempo en casa.

El recogimiento hace de esta estación un momento propicio para mirar hacia nuestro mundo interior, cultivar el sosiego, la calma y el silencio.

Es preciso alimentarnos y nutrirnos de la energía que nos proporciona el descanso profundo para poder renacer de nuevo. Como la semilla.

Nos invita a no apresurarnos y detenernos. Un maravilloso antídoto para aliviar el estrés, la ansiedad y la prisa. Descansar de los agobios sintonizando nuestras pausas dentro de la gran pausa estacional que representa el invierno.

La naturaleza sigue otros ritmos más lentos y nos interpela mostrándonos árboles desnudos que no se apresuran en rebrotar de nuevo.

Jose María Toro

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5 Comentarios

  1. Gracias por mostrarnos información que nos lleva a conocer mejor la naturaleza y llegar al verdadero interior personal. Gracias

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