ciclos naturales

Verano: los ciclos naturales

Por encima de otros aspectos, el solsticio de verano simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad. El Sol siempre brilla y siempre habrá espacio para la esperanza y miles de motivos para sonreír.

¿Cómo armonizarnos con el verano?

Con este artículo, ponemos fin al ciclo de las estaciones que llevamos observando con detenimiento desde que comenzamos en otoño. Nos hemos ido acercando y encontrando claves para poder vivir en sintonía con cada estación, y ahora toca hablar del verano.

MOVIMIENTO

En verano, el bosque trabaja a destajo.

Los árboles se llenan de sol intenso y con su ayuda, producen azúcar y otras sustancias de reserva que almacenan en sus tejidos. Se abre el chiringuito, una época de gran actividad fotosintética.

La fotosíntesis es el proceso metabólico por el que las plantas convierten sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) en sustancias orgánicas (hidratos de carbono) desprendiendo oxígeno, y lo hacen aprovechando la energía de la luz solar.

Las altas temperaturas junto con la ausencia de lluvias, sobre todo en climas mediterráneos, por ejemplo, hace que los árboles liberen mucho vapor de agua a la atmósfera. Este proceso se parece mucho a lo que últimamente se hace en las terrazas veraniegas en pleno verano al pulverizar agua para crear un ambiente húmedo.

De esta manera, los árboles consiguen refrigerar los aires bajos gracias a su ‘sudor’ y nos ayudan a soportar el exceso de calor.

Por otro lado, en zonas boscosas, es el gran momento de las fitoncidas. Un tipo de sustancias volátiles que liberan la mayoría de los árboles y que forman parte del propio sistema de defensa del árbol.

En verano, con el aumento de las temperaturas, se liberan al aire mayor cantidad de fitoncidas. Un ambiente cargado de esos elementos nos ayuda a aumentar nuestro sistema inmune.

Así que, tomando como ejemplo la gran actividad que presenta la naturaleza en verano, es normal que en esta época nos pida el cuerpo salir más al exterior, hacer planes y aprovechar las horas de luz.

INSPIRACIÓN

El verano llega con su luz y calidez. Los días son más largos y en la Naturaleza hay mucha actividad.

Algunos propósitos para esta temporada pueden ser dejarnos inspirar por la luz solar para conseguir nuestras metas y aumentar la calidez en las relaciones con nuestros seres queridos. Una forma de recuperar el calor para poner pasión en nuestras vidas.

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GRATITUD

El verano también es tiempo para recoger todo lo ‘sembrado’ durante el invierno. Tanto, literal como metafóricamente hablando. El sol es símbolo de vida y, antiguamente, se agradecía por las siembras, las cosechas y los frutos obtenidos. Además, de tener más horas de sol, no solamente para recoger, también para el ocio y disfrute.

Es un momento de abundancia y de dar las gracias por todo lo recibido.

Por otro lado, son tiempos de purificación y transmutación, ya que el fuego nos ayuda a desprendernos de todo aquello que ya no nos resulta útil en nuestra vida, limpiándonos. Es un momento maravilloso para incluir renovaciones o cambios en nuestras vidas.

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